En el enclavamiento de la estación de Móra la Nova, una visita guiada permite conocer la evolución del ferrocarril y la línea de trenes directos que se construyó para enlazar Barcelona y Madrid. En las cocheras se pueden admirar elementos ferroviarios móviles, algunos de ellos aún son operativos.
El Museo del Ferrocarril de Móra la Nova es un equipamiento que ayuda a entender la evolución del control de la circulación ferroviaria y que dispone de un buen número de piezas valiosas con las que resulta fácil retroceder al pasado.
La parte musealizada, situada en la antigua torre de enclave, permite comprender los orígenes del tren en nuestro país y su evolución. Uno de sus atractivos más valiosos es, sin duda, su colección de máquinas. El equipamiento, además, conserva el que fue uno de los primeros sistemas de control de estaciones electromecánicas de Europa y un puente giratorio de 23 metros a través del que las máquinas cambiaban de sentido.
El taller de reparación de trenes de Móra la Nova empezó a funcionar en 1891 y estuvo operativo hasta finales de los años 70, cuando desaparecieron las máquinas de vapor básicamente porque su funcionamiento era caro, pues implicaba un gran consumo de agua y de combustible, que solía ser carbón y fuel. En aquel momento todas las máquinas ya funcionaban con electricidad, lo cual implicaba un mejor rendimiento.
El Museo abrió sus puertas en 2010 para poner en valor la huella del tren en el territorio, explicando cómo el ferrocarril llegó a convertirse en un auténtico motor de desarrollo económico y social que ha ido adaptándose a los nuevos tiempos. Hoy, la Associació per a la Preservació del Patrimoni Ferroviari i Industrial es la encargada de la gestión del equipamiento, en colaboración con el Ayuntamiento de la población.
Consultar la web del Museo.
