El conjunto arquitectónico de la fábrica Marfà, declarado Bien Cultural de Interés Local, está formado por dos naves de estilo manchesteriano, construidas entre 1880 y 1881, por iniciativa de Gaietà Marfà y Baladia, hijo y nieto de medianeros establecidos a Mataró, desde comienzos del siglo XIX.

A finales de siglo XIX, la fábrica Marfà integraba todos los procesos de producción, desde la hilatura a la confección, el ennoblecimiento y los acabados. Contaba con 22 baterías de telares circulares y dos máquinas de vapor de 100 cv. Hasta el primer cuarto del siglo XX, su sirena se convirtió en el “reloj” que marcaba el ritmo de la ciudad, fue la fábrica de género de punto más importante del Estado español, tanto por la cantidad de trabajadores, unos 1.500, como por el volumen y la calidad de su producción: calcetería y ropa interior, especialmente productos de felpa, que comercializaba a nivel nacional e internacional.

Durante su larga trayectoria comercializó sus productos con marcas diferentes, como Oso para ropa interior, y Fred Perry para las de deporte. La crisis textil de los años setenta y ochenta del siglo XX, dejaron la fábrica en una situación delicada que llevó a la familia Marfà a retirarse en 1984. Los trabajadores crearon una sociedad laboral que se disolvió a los tres años, y provocó el cierre definitivo de la fábrica. El inmueble poco tiempo después pasó a ser de propiedad municipal. El año 2010 se inició la rehabilitación y adecuación para instalar la extensión del museo de Mataró dedicada a explicar el pasado industrial de la ciudad.